El modelo tradicional asumía que el cliente avanzaba paso a paso de manera lineal. Hoy, sin embargo, el recorrido es dinámico, fragmentado y no necesariamente secuencial. Además, un mismo cliente puede repetir el ciclo varias veces antes de concretar la compra.
Estudios de McKinsey (2024) revelan que el 74 % de los consumidores evalúan activamente múltiples marcas hasta el último momento antes de comprar, lo cual exige una presencia constante y coherente en varios puntos de contacto.